¿Te has preguntado alguna vez si te estás autoexplotando?

La sobreproductividad en el trabajo y, en nuestros días también, el exceso de relaciones sociales, provoca en muchas personas un fuerte sentimiento de angustia y síntomas de ansiedad. Gracias a la Terapia Feminista, estas personas pueden darse cuenta, a través de un adecuado trabajo emocional, de hasta qué punto toda esta actividad es deseada o responde al mandato de la sociedad actual que, cada vez más nos exige autoexplotarnos a nosotras/os mismas/os vendiéndonos la moto de que así nos estamos realizando.

Echar más horas de las que recoge tu jornada laboral, empezar la semana cansada/o porque no has parado de salir y entrar, haciendo planes interminables durante todo el fin de semana, no tener tiempo para ti, para simplemente no hacer nada, aburrirte o retomar aquella actividad que tanto te gustaba pero que ahora no está de moda, pueden ser indicadores de que has entrado en la rueda de la sociedad del cansancio y el aparentar en la que vivimos (en palabras del filósofo coreano Byung-Chul Han), algo que puede ser especialmente estresante si, además, te sientes mal al compararte con las fotos y videos que otras personas suben a sus Redes Sociales, creyendo que, por mucho que hagas, no lograrás igualar la de diversidad de eventos sociales a los que acuden o su éxito profesional.

Ahora que ha llegado el verano (y nuestras merecidas vacaciones), el ritmo laboral baja y aumentan las salidas con amistades y familia, puede que éste sea el mejor momento para atenderte e iniciar un proceso de Terapia Feminista que te permita descubrir si estás enmarañada/o en la telaraña del sistema que nos quiere condenar al síndrome de burnout, la ansiedad y la insatisfacción permanente.

Porque hay alternativas a este mundo loco en el que a veces vivimos, y lo más importante es que no tienes que salir a buscarlas por ahí, están en ti.