En la Terapia Feminista no todos los procesos duran lo mismo. Hay personas que acuden a ella para trabajar un tema concreto que les genera malestar, y otras que desean profundizar en los diferentes aspectos de su vida, entendiendo el trabajo emocional como un desarrollo personal.
Aunque se dan casos, la realidad en la Terapia Feminista es que la mayoría de las veces no somos conscientes de cuál es “ese asunto que nos jode” pero sí percibimos que solas/os no estamos siendo capaces de superarlo. Tras algunos meses de Terapia Feminista ha habido personas que se han dado cuenta de que lo que necesitaban en realidad, era romper con su pareja, irse a vivir al extranjero o pedir un aumento de sueldo, y eso ha sido posible gracias a que han podido regalarse un espacio seguro donde escucharse y ser escuchadas.
En los casos de las personas con heridas más complejas o que desean realizar una revisión más profunda, jamás la Terapia Feminista ha de convertirse en una rutina semanal de por vida. De hecho, una de las sensaciones más satisfactorias para mí, es comenzar a plantearles el espaciar las sesiones u ofrecer sesiones quincenales en grupo (son un superaprendizaje, ¡te las recomiendo!). Como paciente que fui, siempre te recomendaré que acudas a profesionales que sepan dejarte ir y te hagan sentir que confían en ti.
En la Terapia Feminista trabajamos juntas/os para que lo antes posible seas una persona con las herramientas suficientes para afrontar las dificultades que encuentres en tu vida, y esto no implica que no puedas acudir a tu terapeuta de manera puntual, una vez recibas tu alta, porque lo necesites, te apetezca o estéis viviendo una situación en la que te sientas sobrepasada/o.
Recuerda siempre, que el proceso es tuyo, pero que, al otro lado, hay una profesional, en mi caso, de la Terapia Feminista, que desea tanto como tú que vueles libre, y que se sentirá profundamente feliz si puede despedirse de ti y agradecerte lo compartido.
Si sientes que tu proceso ya está hecho, no dejes la terapia de golpe, coméntaselo a tu terapeuta y celebradlo juntas/os. Te lo mereces.