Existen más de 101 maneras con las que tapar tu tristeza

Ayer en una sesión de Terapia Feminista, Tomás me contaba que su pareja le había dicho que estaba trabajando demasiado. Acababa de volver de vacaciones y aunque sospechaba que le pasaba algo, no era capaz de identificarlo. Tras un realizar un pequeño trabajo emocional se dio cuenta de que hace dos años, cuando murió su tía, entró en una espiral parecida: “Mi tía era como mi madre, pero no me permití llorarla, me puse a echar horas en la oficina para no estar en casa y pensarla, fue una de mis maneras para tapar la tristeza”.
Tapar nuestra tristeza con es algo bastante más habitual de lo que podemos imaginarnos, por eso en la Terapia Feminista nos enfocamos en que cada persona pueda encontrar la llavecita que le permita abrir esa puerta inconsciente con la que bloquea sus emociones, lo primero, para que pueda permitirse sentirlas, y sobre todo, para que pueda aprender a identificar que si se pone a comer Donettes como un loco, sale de fiesta viernes, sábado, domingo, fiestas de guardar y un martes si se tercia, o se pone a limpiar y ordenar como posesa el armario del dormitorio, es necesario pararse por que algo le está pasando aunque por el momento no sepa el qué.

Porque importante: en la Terapia Feminista jamás juzgaremos esa conducta, la valoraremos como lo que es: una luz roja de alerta que nos ayuda iniciar el trabajo emocional y que gracias al proceso terapéutico irá siendo cada vez más breve y ocasiona