Si cuando tenemos fiebre o sentimos molestias físicas tras una caída entendemos que estos síntomas pueden convertirse en problemas habituales y rápidamente acudimos al centro de salud más cercano, ¿por qué cuando sufres por tus pensamientos o emociones te cuesta identificar que la Terapia Gestalt Feminista puede ayudarte?
Como sabes, el Trabajo Emocional es la gran asignatura pendiente de nuestra sociedad. Nos educan para ser buenas/os en lectura, escritura, matemáticas y ciencias, pero no para saber qué nos pasa cuando, a pesar de que todo parecer ir bien, nos sentimos tristes o apáticas/os, no somos capaces de tomar una decisión aparentemente fácil, o la ansiedad se ha adueña de nuestro cuerpo, impidiéndonos dormir o empujándonos a comer o beber compulsivamente.
Estos son algunos de los motivos por los que muchas de las personas a las que acompaño deciden comenzar su proceso terapéutico, pero no son los únicos:
Todos estos son problemas habituales que todas las personas sufrimos o hemos sufrido alguna vez, y que pueden ser trabajados en sesiones individuales de Terapia Gestalt Feminista, ya sean presenciales o en modalidad online.
Sólo hay que dar con la clave de tu fuente de dolor, así como el Yoga o el Paracetamol lograron quitarte el dolor de cabeza.