Cuando el pasado 14 de marzo se decretaron las primeras medidas de confinamiento, como profesional lo tuve claro: no iba a permitir que más personas sobrellevaran esta situación excepcional sin un acompañamiento profesional enfocado al trabajo emocional para paliar su sufrimiento ante un futuro incierto y de inseguridad laboral. Porque, si algo he aprendido del Coronavirus, es que a todas las personas nos ha tocado de alguna manera.
Muchas han perdido su empleo o a un ser querido, han enfermado o viven en la angustia de no saber qué ocurrirá en su empresa después del ERTE. Puede que, incluso, durante los 99 días que duró ese primer Estado de Alarma, fueran un buen o buena ciudadana, una más de ésas que salían a la ventana o al balcón (si formaban parte de ese colectivo privilegiado), y que llevaran el encierro con resignación, igual hasta con cierto regocijo porque les permitió (tele)trabajar y hacer su propio pan en casa.
Sin embargo, si éste fue tu caso, quería preguntarte ¿en algún momento te reconociste en alguna de estas situaciones?
Momentos de especial estrés y sensibilidad como éste que nos está tocando vivir, suelen provocar que asuntos emocionales no resueltos afloren de manera abrupta en nuestras vidas. Desprovistos de nuestra rutina o mal llamada “normalidad”, nos resulta más difícil tapar o ignorar el malestar o la incomodidad que estos nos generan. De ahí, la importancia de cuidar, además de la salud física, nuestra salud mental.
Desde los primeros días de encierro, acompañé en sesiones online a las personas con las que trabajo, y una vez las autoridades lo permitieron, regresamos a la Terapia Gestalt presencial en Madrid, siempre respetando el deseo y la necesidad de cada una de ellas.
En un momento tan deshumanizado en el que muchas personas aún no han cobrado su prestación o subsidio por desempleo, mientras al otro lado del teléfono, el SEPE siempre comunica, donde no podemos ser acompañadas/os por nuestros familiares tras una intervención quirúrgica, y el contacto humano se ha vuelto esquivo y desconfiado, contar con el apoyo de una guía terapéutica puede ayudarte a sostenerte e incluso, a salir reforzada/o si eliges darle a tu salud emocional la prioridad que merece.