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La Navidad y tu bienestar emocional

Estés o no, en un proceso de Terapia Feminista, piensa en la Navidad y súmale “el filtro COVID”. Así estés a miles de kilómetros de tu familia, o residáis en la misma localidad, estos días, como tantos otros años, puede que te supongan un profundo trabajo emocional, y que no sean fáciles para ti.

Quizá por el reencuentro con tu “yo del pasado”, en forma de tu cuarto de adolescente, el carácter manipulador de tu madre, o tu autocuestionamiento constante sobre cómo es tu vida, las decisiones que tomas o dejas de tomar. O tal vez, porque te gustaría sentirte más acompañada o acompañado en estos días, porque querrías que fueran, como antaño, mágicos y especiales, o porque has perdido a un ser importante durante la pandemia, y tu dolor se ha multiplicado.

A pesar de lo que cuenten los anuncios de la tele, la tristeza, la culpa y el enfado, son sentimientos habituales en esta época, al igual que puedes sentirte feliz y agradecida/o por la vida que has construido o te ha tocado vivir.

Lo importante y a tener en cuenta en estos días, desde el enfoque la Terapia Feminista, es que:

1. Nadie es quién para juzgarte: estés siendo capaz o no de hacer algo, tengas claro cuál es tu objetivo en la vida o estés más perdida/o que un pulpo en un garaje, en tu camino sólo son válidos tus pasos, incluidos, los atajos, los rodeos o las vueltas a atrás que quieras, puedas o tengas que dar.

2. Tú eres mucho más de lo que las demás personas esperan de ti: tienes derecho a mandar callar, a enfadarte y a no contestar a preguntas cómo: ¿cuándo vas a sentar la cabeza?, ¿no quieres ser madre?, ¿en serio, no te vas a casar?, ¿pero, cómo vas a dejar un trabajo estable?

3. Que forme parte de tu familia, no implica que tengas que llevarte bien con esa persona: ni siquiera, que «tengas que llevarte». La familia de sangre no se elige, pero, afortunadamente, las amistades, sí. Que sea tu hermano, tu tía, incluso, tu madre, no te obliga a tener que pasar tiempo con esa persona si a ti no te apetece. Legitímate tu dolor y rechazo y haz un trabajo emocional, para ver de dónde viene y cómo puedes sentirte mejor.

4. La Navidad es un tiempo de armonía y amor, o no. Pueden no gustarte las Navidades, y puedes también, decidir no celebrarlas. Eres libre de hacer con tu vida aquello que te siente mejor.

Siguiendo uno de los mandamientos básicos de la Terapia Gestalt: en estos días, recuerda poner a la mesa tu bienestar emocional y hazlo siempre, en el centro.