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La pesadilla de las «vacaciones en familia»

Óscar comenzó su proceso de Terapia Gestalt en Madrid hace un año, justo después de regresar a la que se suponía era «la terrible vuelta a la rutina», extrañamente feliz. En las sesiones que siguieron a ese momento y poniendo foco en el trabajo emocional pudo ver cómo la ciudad y la vuelta al trabajo le habían permitido poner distancia con su padre, con el que había pasado todo el mes de agosto.

Desde nuestro nacimiento, la familia tiene un gran peso en nuestro desarrollo individual. Sin embargo, algo que suele obviarse es que esta influencia puede no disminuir cuando llegamos a la edad adulta. Así, la familia puede convertirse en causa o mantenimiento de nuestra salud o nuestra enfermedad.

Todas las personas en algún momento cometemos el error de pensar y calificar nuestras relaciones en términos absolutos: «o es blanco o es negro», «o es un buen padre o un padre maltratador». Sin embargo, la realidad es que todas cargamos con una inmensidad de grises que proyectamos de manera inconsciente en nuestros hijos o hijas, madres, padres o parejas.

El mal trato en la familia no tiene por qué implicar violencia física ni verbal directa, puede recoger comportamientos silenciosos y formas de relacionarse que nos dañaron en nuestra infancia y que, tal y como defiende la Terapia Gestalt, al repetirse en nuestra edad adulta sin que podamos defendernos, pueden reconectarnos con los sentimientos de indefensión, angustia o enfado que no pudimos expresar en nuestra niñez, generándonos un profundo malestar.

Por ello, sin durante estas vacaciones has sentido un deseo irrefrenable de salir corriendo de casa de tus padres, has comparado a tu madre con aquella señora del chiringuito de la playa que reía a plena carcajada o te has sentido culpable por rechazar el ofrecimiento de tus abuelos de pasar unos días en el pueblo, éste podría ser un buen momento para iniciar un proceso de Terapia Gestalt donde puedas comprender por qué tu familia y sus diferentes miembros se comportan de una determinada manera (incluyéndote a ti), aprendiendo a disfrutar o a cuidarte de ella en caso de que sea necesario.