Cómo gestionar la lucha feminista sin morir en el intento

El feminismo, como la Terapia Feminista, es un movimiento de cambio y resistencia y, en ocasiones también, fuente de ansiedad. Cuestionar constantemente estructuras injustas bajo la sensación de impotencia que nos genera la lentitud del cambio social, puede convertirse en una carga mental y emocional tremenda y afectar nuestra salud mental.

El feminismo es una herramienta de transformación social, pero también debe ser un espacio de cuidado y apoyo mutuo. Es importante recordar que la revolución también se construye desde el descanso, la empatía y el bienestar personal. Aprender a gestionar nuestras emociones en la lucha feminista no significa abandonar la lucha, sino hacerla sostenible a largo plazo y para ello necesitamos un buen trabajo emocional que desde el enfoque de la Terapia Feminista se convierta en nuestro aliado.

Militar y comenzar mi propio proyecto como profesional de la Terapia Feminista, ha sido y es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, y para poder continuar con ella, dedico tiempo y energía para integrar estrategias de autocuidado en mi día a día que me permitan gestionar la ansiedad y evitar el agotamiento

Aquí van algunas de ellas, por si te sirven:

1. Pon límites: No es necesario estar disponible todo el tiempo para debatir, educar o denunciar. El activismo también requiere descanso.
2. Desconecta sin culpa: Permitirse momentos de disfrute sin sentir que se está traicionando la causa. Bailar, leer ficción, hacer ejercicio o simplemente descansar es parte del autocuidado.
3. Crea redes de apoyo: Habla con otras personas que compartan tus preocupaciones puede ayudar a aliviar la carga emocional.
4. Cuida cuerpo y mente: Alimentación, sueño y Terapia Feminista pueden ser herramientas clave para mantener el equilibrio.

Y recuerda: la lucha es colectiva: No depende de una sola persona cambiar el mundo. Delegar, confiar en otras y permitir que el activismo se sostenga de manera compartida te ayudará a reducir tu ansiedad.