¿Qué hacemos con el dolor de perder a una amiga?

Socialmente llorar a un ex «está bien» (sobre todo si eres mujer, si eres hombre, la cosa se complica…). Empezar a ir a Terapia Feminista porque sientes que no eres capaz de olvidarlo/a, puede comenzar a remover cimientos en tu entorno, pero en general, es posible que despierte comentarios tipo: «si crees que puede ayudarte, adelante». Eso sí, que ni se te ocurra mencionar que lo que quieres es superar la pérdida de una amiga o un amigo, porque entonces la cosa cambia y llueven topicazos tales como: «deja de darle vueltas a eso», «pasa página», «habéis cogido caminos diferente y ya está», etc.
 
Por mucho que hayamos avanzando en aspectos como el reconocimiento de nuestra valía a nivel individual fuera de la pareja, la realidad es que al final, el vínculo romántico sigue siendo considerado como «el esencial», el realmente importante, frente a otras relaciones interpersonales. ¿El motivo? El maldito amor romántico y sus proclamas: «él o ella es tu media naranja», «jamás nadie te amará igual», «vuestro amor será capaz de superar cualquier adversidad».
 
En la Terapia Feminista el dolor ante la pérdida de una amiga o un amigo no vale menos que el de una pareja porque en las dos se reflejan por igual la vulnerabilidad que experimentamos ante la ausencia de un ser querido, en ambas se ha compartido intimidad, una presencia (física o no) continuada, expresiones emocionales y una proyección conjunta en el tiempo. Y si además, a esta amiga o amigo la sentías «familia», ¿cómo no va a ser difícil integrar su marcha?